Dos mil once
=)
Puffff, este 2011 fue un año bastante pesado.
No sólo por el ambiente laboral, jamás imaginé que llegaría a tener contacto cercano con diferentes tipos de códigos, aún sigue la lucha pero firme ante todo.
Aunque las cosas, para el segundo semestre del año cambiaron un poco, no lo suficiente como para respirar tranquilamente.
El periodo vacacional me ha servido para hacer un breve análisis de lo que fue este año.
Lo que no tuvo nombre, fue haberme olvidado de felicitar por las fecas decembrinas a un buen amigo, es algo que aún no puedo creer que se me haya pasado completamente.
Aunque no sea cliente frecuente de este tipo de felicitaciones, él es una de las pocas personas a quien siempre hago llegar mis sentimientos en estas fechas.
Empecé de nuevo a salir de la ciudad, hace varios años que no lo llevaba a la práctica, uno de mis deseos para este 2012 que está apunto de iniciar, es no dejar de viajar, conocer lugares, ver otros paisajes, observar a los lugareños y divertirme con las historias que se vivien mientras estás en la sala de espera.
Mantuve el vicio de los conciertos y la música, claro, es un vicio y como tal es constante y no aburre. El año lo cerré con Pearl Jam y me dejó un buen sabor de boca, las ocasiones anteriores que vinieron a México no tuve oportunidad para asistir a sus presentaciones, por tanto, para mí era el concierto esperado desde que lo anunciaron.
No vi mucho a mis amigos, aunque me reencontre con algunos que hacía más o menos 10 años dejé de frecuentar, algunos han madurado bastante, otros siguen siendo los mismos. No me quejo, pero confieso que en un momento me sentí fuera de lugar con aquellos que han mantenido su mismo comportamiento, en el fondo creo que mis niveles de tolerancia ya no funcionan.
Todos los elementos que se forman alrededor de esta transcisión han sido algunos radicales, otros inesperados pero los mejores son aquellos que dejan un exquisito sabor de boca, aquellos que esperas verlos pronto porque no sabes exactamente cuándo volverán a presentarse frente a ti.
En fin, seguramente tengo mucho que agradecerle a este 2011, pero lo único que no puedo olvidar mencionar es decir gracias por la oportunidad que me dio en todos los sentidos al escribir de nueva cuenta en mi diccionario personal la palabra:
CREER. ¡Bienvenido seas 2012!
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