Un día antes...

=)

No llegué a la terminal a tiempo, el autobús a Felicilandia había partido. Así que me dirigí a la taquilla para comprar otro boleto, partiría al día siguiente por la mañana.

Regresé al día siguiente, ahora con tiempo; pude abordar el autobús. Observé el paisaje camino a Felicilandia, había muchos colores y gente sonriendo.

Llegué por fin a mi destino, me entregaron mi maleta y me dirigí a la salida.

Felicilandia es diferente al lugar de donde vengo, los pájaros trinan y los árboles siempre están verdes. No hay smog y la gente siempre dice "gracias" y "por favor".

En el parque, ví a un jóven, estaba sentado y sostenía un libro. Parecía muy entretenido, ni siquiera volteaba a ver a su alrededor. Me quedé observándolo durante un largo rato. Cuando por fin se levantó, caminó hasta un coche de color blanco (en Felicilandia todos los autos son blancos) y arrancó.

Regresé al siguiente día al mismo lugar, seguramente corría con suerte y lo vería de nuevo, así fue.

Diez días transcurrieron y sin falta a la misma hora él llegaba y yo, desde lejos caminaba siguiendo sus pasos.

Dos días después decidí hablarle, así que me acerque al mismo lugar intentando escuchar su voz. Pero estando frente a él sentí algo extraño y no pude emitir sonido alguno, simplemente me quedé ahí parada.

El bajó su libro y me vió, frente a él. Las piernas me temblaron y no podía hablar. Se levantó, me tomó del hombro y me dijo:

- Lo siento, la sombra gris llegó un día antes que tú. No la viste porque parece que siempre está conmigo, no la quiero, pero ella insiste en mantenerse a mi lado, por eso no puedo deshacerme de ella.

- También te he visto, este libro me dijo en una de sus páginas que vendrías. Pero no sabía cuándo, así que la sombra gris se adelantó. Ojalá hubieras llegado antes, porque seguro te hubiera escogido a tí.

- No quiero a la sombra gris, pero ella me acosa y me persigue, me ha lastimado, llevo trece días...


Al escuchar el número de días lo interrumpí, perdón, cuántos dias has dicho? - Trece, repitió.

Una lágrima rodó por mi mejilla y su libro cayó al suelo.

- Sí, la sombra gris me dijo que había adelantado los relojes de la terminal que está en el lugar dónde vienes, ella sabía que estarías aquí a tiempo pero es como un parásito y por eso llego antes.


- Perdóname, la sombra gris me ha quitado el alma.

Lavantó su libro, dió la media vuelta y se subió a su coche, que ya no era blanco sino gris. Lo ví alejarse de Felicilandia...

Ojalá hubiera llegado un día antes.

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