Sábado cultural

=)

Las vacaciones terminaron, no visité ningún lugar fuera del DF más bien me reencontré con viejos gustos por ejemplo, la lectura.

Señor destino puso en mis manos un libro titulado: La chulanga, historias urbano-cachondas. No pude despegarme de sus páginas, así que acompañada de un smoothie sabor frambuesa y con vista a uno de los edificios de la calle de Madero lo terminé.

Debo reconocer que fue un libro diferente, empezando por el tipo de letra utilizado en la impresión, hasta por esa narrativa tan coloquial y en primera persona usado. Para mí, que La Chulanga narró una historia de amor, entre la ficción y la realidad, pero al final logró transportarme a los lugares que ella menciona. Y es que la gente que conoce la Condesa y no ha comido un helado en la nevería Roxy no puede llamarse un Condechi Style...

Me dió una tremenda curiosidad por marcar los números de teléfono que menciona en el libro, solamente para saber si quién me va a contestar no solamente existe, sino que además tiene la voz como la imagino.

A ese grado me transportaron las pequeñas narraciones ligadas de la Chulanga, en las primeras seis páginas mi psique no concebía el por qué ese tipo de letra tan Comic Sans Serif, después, como en la hoja asignada al número quince capté que un Arial Helvetica a 12 puntos iba a darle un toque de farsa al libro y quitarle la magia a cada una de las historias. Es un libro que recomiendo ampliamente.

El resultado a ese día de lectura, fue tener de nuevo las ganas de escribir. Hoy, todavía es el día que sigo sin encontrar las palabras correctas para expresar la felicidad interna, me sorprende que la tristeza sea más fácil de sentir, expresar y dar a conocer que los momentos gratos o en el fondo, mi envidia no me autoriza a compartirla con nadie, más que conmigo misma.

¿Cuántas chupadas se necesitan para llegar al centro chicloso de una tutsi pop?

Commentaires

vendetta-eishon a dit…
El titulo de ese libro me atrapo... yo quiero leerlo =)

Ah!... hum... la vez que lo hice tarde 412 chuapadas para llegar al chicle.

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