Tolerancia

(=

El fin de semana fui a visitar a danguer.

La aventura será motivo de otro post, pero aprovechando que aún no termina la hora de la comida =D

Cuando viajo a Puebla acostumbro quedarme en un Hotel cerca del Centro Histórico, me gusta ese lugar porque tiene un ambiente bastante tranquilo; bueno, hasta el domingo pasado que salí muy molesta del lugar.

No por la mala atención o servicio del personal del Hotel, sino por los huéspedes...

Había un grupo numeroso de niños, niños que definitivamente no tenían educación alguna, porque debo reconocer que hay adultos que se preocupan por la educación de sus hijos.

Alrededor de las 7 de la mañana del domingo, se comenzaron a escuchar ruidos que golpeaban los barandales del pasillo, gente que corría por los pasillos y gritos de "dónde estás!" "te encontré!"

Eran los niños que desalojarían el Hotel y por lo mismo los levantaron temprano, era verdaderamente molesto el escándalo que se traían, lo peor es que ningún adulto que los acompañaba les decía que dejaran de correr por todo el hotel como si fueran ratas buscando un hoyo donde meterse.

Como me despertaron y la verdad quería descansar, sin pensarlo marqué a recepción para manifestar mi enojo ante tal situación. La recepcionista muy amablemente me dijo que haría llegar mi malestar ante los responsables.

A los 10 minutos, escuché que una persona, una mujer, les pedía a los niños que no hicieran tanto escándalo, pensé que por fin se acabaría el alboroto y podría descansar un poco más.

Pero no fue así, lamentablemente no todos los niños habían despertado, los que estaban de escandalosos creo que se los llevaron a desayunar porque después se escuchaban gritos de: "está en el comedor con los demás..."

Mi tormento duró 2 horas, 2 horas en la que ninguno de los adultos pudo enseñarles un poco de respeto al espacio de los demás a los niños, y no estoy hablando de niños de 6 ó 5 años, estoy hablando de imberbes entre los 9 y 11 años, se supone tiene un poco más de capacidad de razonamiento (o la loca es otra?).

Como no me dejaron dormir ni descansar, no me quedó otra opción que levantarme, bañarme y salirme del lugar, aproveché para desayunar y dar un paseo por la plaza del Zócalo, la cual luce muy tranquila hasta antes de las 11 del día.

Cuando regresé al Hotel, la recepcionista estaba dándole las quejas recibidas a un par de señoras, quienes respondieron:

"Nosotras le dijimos al maestro que los niños estaban haciendo mucho ruido, pero él ni siquiera nos hizo caso, por eso optamos por llevarlos a desayunar para tranquilizarlos, pero después él les dijo que se regresaran al pasillo conforme iban terminando de desayunar..."

Me sorprendí con esa respuesta, me dió tristeza de ver cómo una persona que se hace llamar "profesor" pueda tener esa mentalidad, sobre todo, que no tuvo ni la más mínima decencia de regañar a los escuincles por escandalosos siendo que ya sabía de la queja.

Soy poco tolerante ante situaciones que denotan mala educación, más si vienen de un niño, no soporto ver a un niño haciendo berrinches por tonterías o que no obedecen cuando se les habla, en fin, puedo dar muchos ejemplos, pero en particular este que viví el domingo fue el más intolerante para mí, no solo porque me pude dar cuenta que ninguno de los 20 niños que estaban ahí hospedados ese día tenía lo más mínimo de educación, sino porque iban acompañados de varias personas que se hacían llamar adultos y ninguno de ellos pudo corregirles tal acción.

Por eso, a mi perro, lo educaré para que no haga escándalo cuando lleguen las visitas ni se encime en sus ropas, ni les ponga dos patas sobre las rodillas ni ladre cuando pase un escuincle en bicicleta...

¡Ah! perdón, estábamos hablando de niños, ¿verdad?


P.S.

No, no me gustan los niños (=

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